• 1

    Venera al Gran Arquitecto del Universo.

  • 2

    Ama a tu prójimo como a ti mismo.

  • 3

    Haz el bien, y deja hablar a los hombres.

  • 4

    El verdadero culto al Gran Arquitecto consiste principalmente en las buenas costumbres.

  • 5

    Haz el bien, por el amor al bien mismo.

  • 6

    Conserva tu alma pura; que pueda presentarse a toda hora delante de Dios, libre de todo reproche.

  • 7

    Ama a los buenos, compadece a los débiles, huye de los malvados, mas no odies a nadie.

  • 8

    Habla respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales, sinceramente a tus amigos, y con ternura a los pobres.

  • 9

    No adules jamás a tu hermano, porque es una traición; y si tu hermano te adula, desconfía que no te corrompa.

  • 10

    Escucha siempre la voz de tu conciencia.

  • 11

    Sé el padre de los pobres. Cada suspiro que tu dureza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza.

  • 12

    Respeta al extranjero y al viajero, porque su posición les hace sagrados para ti

  • 13

    Evita las disputas, prevé los insultos, deja que la razón sea tu guía.

  • 14

    Respeta a las mujeres. Jamás abuses de su debilidad, y muere antes que deshonrarlas.

  • 15

    Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el depósito que te confía, porque en adelante, tú serás para ese niño la imagen de la Divinidad. Haz que hasta los diez años te tema; hasta los veinte, te ame; y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años, sé su maestro; hasta los veinte, su padre; y hasta la muerte, su amigo. Enséñale ante todo buenos principios; antes que buenas maneras. Que te deba una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que sea mejor un hombre honrado, que un hombre hábil.

  • 16

    Lee y aprovecha; ve e imita; reflexiona y trabaja. Y que todo redunde en beneficio de tus hermanos, para tu propia utilidad.

  • 17

    Sé siempre contento para todo, con todo y de todo.

  • 18

    Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres. Perdónalas y no las condenes. El Gran Arquitecto del Universo es el que sondea nuestros corazones. Es él, sólo, quien puede apreciar su obra.